miércoles, 17 de abril de 2013

Wadi Rum - Áqaba - 13 Septiembre

Ufff... que madrugón el día de hoy. A las 5.15 de la mañana nos ha sonado el despertador, y ayer tampoco nos acostamos pronto. Nos han comentado en el campamento, que ha las 6 de la mañana sale el sol, y que es precioso verlo, así que por supuesto, nosotros queremos verlo. Si es como la puesta de sol que pudimos disfrutar ayer, será un gran madrugón.
Hemos tenido que alejarnos un poco del campamento para poder verlo. Concretamente, nos hemos subido a una duna cercana al campamento. La sensación de andar a oscuras y en solitario por el desierto a esas horas, solamente acompañados de nuestro frontal, es una mezcla de acogedora y acojonadora. ¿Y si nos sale algún coyote?..jejeje parecemos verdaderos Indiana Jones.

Ha sido un amanecer bonito, pero nada que ver con la puesta del sol. A mi me ha desilusionado un poco, pero bueno, creo que es una experiencia que hay que vivirla, aunque solamente sea por el paseo nocturno por el desierto.

Tras un gran madrugón un buen desayuno, o eso esperábamos, porque para lo bien que comen los beduinos, hay que ver lo mal que desayunan. Yogur, seudo-café soluble (porque díos sabe que era aquello, que malo estaba) y unas pastas que sí que estaban buenas. Esperaba algo más, en fin.

Sobre las 8.30 finalmente cogemos el autobús que nos llevará directos hasta Áqaba, lugar de veraneo y descanso de Jordania. El trayecto se hace por la carretera del desierto, y te lleva directamente hasta la ciudad de Áqaba.
Al llegar a la ciudad lo primero que hemos comprobado ha sido el calor abrasante que hace. Madre mía, esto es insoportable, rondamos los 40ºC !!! Que locura.

Áqaba es la ciudad más importante del sur de Jordania y lleva camino de convertirse en un importante Resort de vacaciones, aunque sorprende que su centro siga manteniendo el ambiente de pueblo, distinto al de un destino turístico. La verdad es que tampoco se puede hacer excesivas cosas en esta ciudad, salvo un alto en el camino para tomarse un relajante descanso, practicar el submarinismo y snorkel y disfrutar de unos días de playa.





Tras situarnos en el hotel, nos dirigimos al puerto de Áqaba, donde vamos a coger un barco que nos adentrará en la bahía para hacer snorkel. Se trata de una excursión para toda la mañana. 

Hemos pasado un gran rato del día practicando el snorkel, esta ha sido nuestra primera experiencia con esta disciplina, ya que nunca antes la habíamos practicado. Ha sido increíble. El mar rojo es uno de los mejores lugares del mundo para practicar submarinismo. 

Los arrecifes de corales que se pueden ver son maravillosos, llenos de vida y color. La verdad que es imposible describirlos, se necesita ver muchas fotos para hacerte una idea de lo que se ve ahí abajo. Por otra parte puedes disfrutar de la vida submarina, sin mucho problema puedes ver entorno a 25 especies diferentes, además de estrellas de mar, caballitos de mar, erizos etc...vamos que te crees Jacques Cousteau. Como diría el gran poeta, in-creible. 


El lugar elegido para bucear hoy ha sido el jardín japonés, una combinación de poca profundidad y la fuerte presencia de barracudas, y pargos azules jureles hacen de este sitio de buceo jardín japonés, como el destino perfecto para buceadores de todos los niveles de experiencia. 

Tras este agradable baño, nos han preparado en el barco la comida. Distintos peces, pollo a la plancha y ternera a la barbacoa y arroz han hecho nuestras delicias. Ha sido una gran idea realizar la excursión, aunque me ha parecido un poco escasa y cara, un par de horas más buceando habría estado mucho mejor.


Mezqita Al-Hussein Bin ali
Por la tarde, hemos cogido en el hotel un bus que nos llevará directamente hasta el centro de Áqaba. La primera impresión que tenemos de la ciudad es que no es excesivamente grande, y a la vez, que no hay mucho para ver.


El paseo nocturno nos ha llevado por las principales calles de Áqaba, todas ellas plagadas de tiendas de souvenirs. Donde más rato nos hemos detenido ha sido en la mezquita Al - Husseim Bin ali, que de noche está perfectamente iluminada y es preciosa.

Con esto, y tras coger de nuevo un bus con destino al hotel, hemos puesto punto y final a nuestro día. Teniendo en cuenta que los anteriores habían sido bastante movidos, este nos ha resultado bastante light, pero para eso hemos venido a Áqaba, para descansar de los días anteriores y recargar pilas para lo que nos queda de año. Para eso, esta ciudad es perfecta.