Ufff... que madrugón el día de
hoy. A las 5.15 de la mañana nos ha sonado el despertador, y ayer tampoco nos
acostamos pronto. Nos han comentado en el campamento, que ha las 6 de la mañana
sale el sol, y que es precioso verlo, así que por supuesto, nosotros queremos
verlo. Si es como la puesta de sol que pudimos disfrutar ayer, será un gran
madrugón.
Hemos tenido que alejarnos un
poco del campamento para poder verlo. Concretamente, nos hemos subido a una
duna cercana al campamento. La sensación de andar a oscuras y en solitario por
el desierto a esas horas, solamente acompañados de nuestro frontal, es una
mezcla de acogedora y acojonadora. ¿Y si nos sale algún coyote?..jejeje
parecemos verdaderos Indiana Jones.
Ha sido un amanecer bonito, pero
nada que ver con la puesta del sol. A mi me ha desilusionado un poco, pero bueno,
creo que es una experiencia que hay que vivirla, aunque solamente sea por el
paseo nocturno por el desierto.
Tras un gran madrugón un buen
desayuno, o eso esperábamos, porque para lo bien que comen los beduinos, hay
que ver lo mal que desayunan. Yogur, seudo-café soluble (porque díos sabe que
era aquello, que malo estaba) y unas pastas que sí que estaban buenas. Esperaba
algo más, en fin.
Sobre las 8.30 finalmente cogemos
el autobús que nos llevará directos hasta Áqaba, lugar de veraneo y descanso de
Jordania. El trayecto se hace por la carretera del desierto, y te lleva directamente
hasta la ciudad de Áqaba.
Al llegar a la ciudad lo primero
que hemos comprobado ha sido el calor abrasante que hace. Madre mía, esto es
insoportable, rondamos los 40ºC
!!! Que locura.
Áqaba es la ciudad más importante
del sur de Jordania y lleva camino de convertirse en un importante Resort de
vacaciones, aunque sorprende que su centro siga manteniendo el ambiente de
pueblo, distinto al de un destino turístico. La verdad es que tampoco se puede
hacer excesivas cosas en esta ciudad, salvo un alto en el camino para tomarse
un relajante descanso, practicar el submarinismo y snorkel y disfrutar de unos
días de playa.
Tras situarnos en el hotel, nos dirigimos al puerto de Áqaba, donde vamos a coger un barco que nos adentrará en la bahía para hacer snorkel. Se trata de una excursión para toda la mañana.
Hemos pasado un gran rato del día practicando el snorkel, esta ha sido nuestra primera experiencia con esta disciplina, ya que nunca antes la habíamos practicado. Ha sido increíble. El mar rojo es uno de los mejores lugares del mundo para practicar submarinismo.

El lugar
elegido para bucear hoy ha sido el jardín japonés, una combinación de poca
profundidad y la fuerte presencia de barracudas, y pargos azules jureles hacen
de este sitio de buceo jardín japonés, como el destino perfecto para buceadores
de todos los niveles de experiencia.
Tras este agradable baño, nos han preparado en el barco la comida. Distintos peces, pollo a la plancha y ternera a la barbacoa y arroz han hecho nuestras delicias. Ha sido una gran idea realizar la excursión, aunque me ha parecido un poco escasa y cara, un par de horas más buceando habría estado mucho mejor.
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Mezqita Al-Hussein Bin ali |
El paseo nocturno nos ha
llevado por las principales calles de Áqaba, todas ellas plagadas de tiendas de
souvenirs. Donde más rato nos hemos detenido ha sido en la mezquita Al -
Husseim Bin ali, que de noche está perfectamente iluminada y es preciosa.