jueves, 18 de abril de 2013

Petra - Wadi Rum - 12 Septiembre 2013

Wadi Rum
El día de hoy ha sido excitante. Hemos ido en autobús descendiendo hacía el sur de Jordania siguiendo la carretera del Rey, hasta llegar a la parte más desértica del país, el Wadi Rum.

Aquí hemos pasado el día completo, en el desierto del Wadi Rum, el mismo que Lawrence de Arabia describió como: Inmenso, solitario como tocado por la mano de dios. Un grupo de beduinos, nos ha enseñado como es su vida, su cultura y sus tradiciones, en este duro entorno que nos ha maravillado. Desde luego, los beduinos se han ganado un buen lugar en mi baúl de recuerdos. Gente maravillosa y amable. Los beduinos son hospitalarios y acogen al visitante con agrado.

Wadi Rum es un desierto que se diferencia del resto de desiertos por la magnitud de sus montañas de color Rosa-Rojo que lo engalanan. No es un desierto de grandes dunas, su atractivo son sus montañas esculpidas por la erosión del agua y el viento, es lo que lo hace diferente.

Wadi Rum
Hemos dedicado la mañana a recorrer una pequeña parte del desierto en 4x4 guiados por beduinos. Es complicado imaginarse como una cultura ancestral es capaz de pasar de guiar rebaños de ovejas a grupos de turistas…….o quizás no.

Entre lo que hemos visto destacan los siete pilares de la sabiduría, una gran formación rocosa que debe su nombre al famoso libro de Lawrence. También hemos podido disfrutar de las inscripciones de Anfaishiyya, unas inscripciones que decoran la superficie de una enorme pared vertical donde también hemos podido disfrutar de los petroglifos, antiguas pinturas rupestres. Y por supuesto, no nos podemos olvidar de las dunas de Al-Hassany, por donde hemos estado haciendo un poco el cabra con los 4x4, aunque esto posiblemente no sea muy ecológico, ha sido bastante divertido. Estas dunas son las más impresionantes de todo el wadi rum.

Beduino
Antes de ir a nuestro campamento a comer, hemos parado a tomar un té en un pequeño campamento beduino. Ha estado bien aprender un poco más de la cultura de este pueblo. Algo que en España sería impensable, es que no nos han cobrado el té. Ellos te ofrecen té, y tu tomas todo el que quieres, y al marcharte dejas en una bandeja el dinero que tú quieras. Y té de muy buena calidad, eso sí, como en el desierto estábamos rondando los 40 grados, el té nos lo han ofrecido bien calentito.
En este campamento beduino, hemos tenido una anécdota graciosa. Estábamos sacándonos fotos y viendo un poco el paisaje general del campamento, mientras nuestro guía, ni corto ni perezoso, se lleva a una de las integrantes de nuestro grupo, sin que nadie nos diésemos cuenta y la disfraza de beduina, la sienta en un rincón, completamente tapada con un traje que no deja ver más que sus ojos. Nos cuenta entonces que es una mujer beduina que tiene cuatro hijos y que si pedimos permiso a su marido, nos podemos sacar una foto con ella, eso sí nos advierte que no se nos ocurra a los hombres sentarnos a su lado o tocarla, que el marido nos puede “hostiar”.
Así que tras pedir permiso, prácticamente uno a uno de los integrantes del grupo iban sentándose a su lado para sacarse fotos. Nosotros hemos sido de los pocos que no lo hemos hecho, pero sí hemos sacado alguna foto a la mujer en cuestión. Una vez que el guía se ha reído lo suficiente de todos nosotros, nos ha destapado a la mujer. Las caras de “madre mía que ridículo acabo de hacer” de la gente sí que eran para retratar. Pero ha sido gracioso, la verdad.

Tras esto, nos hemos dirigido a nuestro campamento para comer y descansar un poco, ya que a la tarde volvemos al desierto a lomos de nuestros 4x4.  Hemos pasado gran parte de la tarde recorriendo las dunas de esta gran inmensidad, subiéndolas y bajándolas a toda velocidad.

Puente de Burdah
Pero no todo ha sido velocidad y descarga de adrenalina, también hemos estado en el puente de roca de Burdah., el más grande de los que se ven en el wadi rum, unos 80 metros de altura. Aquí es donde se rodó el anuncio, uno de los muchos, de la marca de cigarrillos Marlboro. Es un sitio precioso, lastima que las fotos no sean buenas. O salía el puente o salíamos nosotros, pero las dos cosas imposibles. Hemos tenido a nuestro pobre guía de fotógrafo, intentando inmortalizar el momento en el que nosotros saltábamos sobre el puente, y por mucho que lo ha intentado solamente se ven dos puntos en la lejanía saltando sobre el puente.

Otro de los sitios a los que hemos ido por la tarde ha sido Ain Abu Aineh, “el manantial del padre Ainhe”, este manantial lleva miles de años utilizándose para dar de beber a los animales de los beduinos. En este punto he comenzado a intimar con el chofer del 4x4. El que me haya tocado el culo, amagando con tirarme dentro del pozo, y reírse de mí, ha ayudado bastante al tema.

No muy lejos del manantial, cuando el sol amenazaba con dejarnos, hemos subido una pequeña duna, donde nos hemos relajado un rato, fumando shisha junto a nuestro guía, y bebiendo té que amablemente nos ha preparado nuestro chofer beduino. Poder deleitarse con una puesta de sol en el desierto, es algo que no se olvida jamás. Las tonalidades que adquiere el cielo, permiten ver una escena preciosa. Dudo que jamás haya visto nada similar. Esto, junto a Petra ya vale un viaje a Jordania. No sé si por los efectos de la shisha o por el misticismo del momento, pero sin darme cuenta, he terminado bailando música tradicional, junto a un grupo de beduinos y dos catalanes. A mi el guía me ha asegurado que era tabaco de manzana, pero no se yo…

Té al anochecer
Tras pasar un rato en silencio, contemplando la oscuridad del desierto, otra vez a lomos de nuestro 4x4, y a toda velocidad, nos hemos puesto rumbo al campamento para disfrutar de un magnífico asado típico beduino.

El Zarb es una cabra o cordero entero cocinado en un agujero en la tierra. El agujero es un horno de carbón en el cual un cordero o cabra es enterrado durante horas hasta ser cocinado. A nosotros en lugar de cabra nos lo prepararon con pollo y cordero. Decir que estaba exquisito sería quedarme corto. Creo que nunca antes había probado un cordero tan jugoso, y que decir de las patatas que lo acompañaban.

Ha sido una cena muy agradable, y que hemos disfrutado, así que antes de irnos a la cama, decidimos quedarnos un rato a escuchar música, fumar una shisha y charlar un rato con la gente que allí se encontraba.
Sunset in wadi rum

Finalmente sobre las 24h nos retiramos a nuestra tienda. Mañana queremos levantarnos a las 5 de la mañana para ver el amanecer, que como sea igual que la puesta de sol va a hacer que merezca mucho la pena el madrugón.